La contingencia sanitaria aceleró la búsqueda de la continuidad de operaciones y una gestión remota de la energía para misión crítica es clave para garantizarlo.
La contingencia sanitaria desplazó a sus hogares a millones de personas en el mundo, un hecho que aceleró la migración de las empresas hacia el entorno digital en la búsqueda de una continuidad de operaciones con trabajo a distancia.

Sin embargo, los modelos de negocio ha permitido tomar las medidas necesarias para minimizar el impacto del cierre en las economías; no obstante, la persistencia en las fallas de la red eléctrica continúa suponiendo un riesgo para la infraestructura de misión crítica.
Alejandro Sánchez, Director General de CyberPower Systems México, explica que los cortes y variaciones en el suministro de energía han representado siempre una grave amenaza para la productividad, y ahora, frente a la vulnerabilidad atravesamos un proceso de migración hacia la digitalización mientras sorteamos la mayor crisis económica de la historia, la puesta en marcha de un plan de contingencia permitirá consolidar los esfuerzos de transformación.
La evolución y la infraestructura crítica
El crecimiento económico se ha desarrollado a la par de una estrecha relación de dependencia energética donde, incluso con la evolución de los modelos de negocio, las industrias requerirán de una fuente de energía óptima y confiable, capaz de mantener en marcha los sistemas productivos.
Con el mejoramiento de dichos procesos, la infraestructura de misión crítica se consolida como todo aquel sistema que necesitará mantenerse operante 24/7, ya que una interrupción en su ejecución desencadenaría afectaciones que comprometerían la productividad y confiabilidad de la compañía.
Diversas industrias han visto intensificada su necesidad de contar con una fuente de energía de respaldo conforme se han desarrollado los avances tecnológicos en función de la mejora de los procesos y servicios.
El respaldo de la energía mediante sistemas de UPS de misión crítica protegerá los sistemas conectados a la red eléctrica ante eventuales cortes o fallos de energía, manteniendo a salvo la infraestructura, garantizando la continuidad de negocio y disminuyendo la huella de carbono.
La administración remota de la energía se reafirma como la solución idónea para la consolidación y fortalecimiento de la continuidad de operaciones en medio de una economía cada vez más digitalizada y una sociedad hiperconectada, donde los conceptos de trabajo y educación a distancia en ciudades inteligentes formarán parte de la nueva normalidad.
Plan de contingencia
El poder ininterrumpido de los servicios se ha convertido en un elemento crucial del plan de continuidad de negocio. Es de suma importancia contar con plan de contingencia de protección de energía que permita blindar la continuidad de los servicios. El uso baterías de respaldo asegura la protección contra fluctuaciones en el voltaje y el ruido eléctrico.
“La incorporación de unidades de distribución de energía, (PDUs) monitoreables hacia todos los equipos dentro del centro de datos, aunado a la inclusión de una tarjeta de red en la gestión de los UPS de misión crítica y la integración de una plataforma de software de administración de la infraestructura eléctrica, permitirán monitorear de manera remota la energización de los equipos, programando mantenimientos periódicos, lo que garantizará la integridad de todos los sistemas productivos. Tomar las medidas adecuadas en este momento asegurará la continuidad de la compañía en un futuro”, concluyó Alejandro Sánchez.