La interfaz gráfica siempre ha sido parte fundamental e inseparable de un sistema de cómputo, misma que ha evolucionado desde ver simplemente caracteres y pixeles en una pantalla monocromática, hasta actualmente convertirse en una fuente de entretenimiento y recreación con películas, contenidos multimedia y videojuegos

Con la evolución tecnológica, se ha buscado dejar de lado a la tarjeta de video dedicada para incluir sus funciones, ya sea dentro de la tarjeta madre, chipset o hasta en el mismo procesador. Sin embargo, dependiendo del tipo de usuario, esta solución puede ser total o parcial. Por ejemplo, tomemos una laptop o una All in One, donde por razones de espacio, la energía que consumen y su tipo de enfriamiento aunado a la exigencia del usuario de estos productos, la solución integrada podría ser más que suficiente. Sin embargo, existe otro tipo de usuarios que prefieren ampliar dichas características para tener mayor poder gráfico.
La tarjeta de video ha sufrido una gran evolución, pues de ser esa simple interfaz de salida gráfica en sus inicios, se ha convertido en las modernas tarjetas de video para equipos profesionales de renderizaje y modelado 3D.
Es aquí donde muchas veces hacemos la siguiente pregunta: Si no necesito mi equipo para aplicaciones de gran demanda, no soy gamer y solamente requiero funciones básicas y de reproducción multimedia en mi equipo, ¿realmente necesito una tarjeta de video dedicada?
Para responder a esta pregunta, primero partamos del punto de que vista de los procesadores gráficos integrados; estos han evolucionado desde estar dentro en el chipset de la tarjeta madre -específicamente en el puente norte-, hasta la actualidad, donde los encontramos en el procesador. Es cierto que los gráficos integrados han evolucionado y que en la actualidad muchos de estos son capaces de lograr reproducción multimedia en calidad Blu-ray, además que son capaces de ejecutar algunos videojuegos básicos; sin embargo hay que tener en cuenta que aun así existen grandes ventajas al contar con una tarjeta de video dedicada.
Ventajas
Cualquier tarjeta de video dedicada, aunque sea de gama baja, siempre contará con las siguientes bondades:
$1· Mejor reproducción de contenidos multimedia, sobre todo para videos renderizados o con codecs especiales, los cuales tienen mejor reproducción usando hardware.
$1· Menor carga sobre el procesador, lo cual se traduce en menor consumo energético del mismo y menor producción de calor, lo que mejora su tiempo de vida.
Otra ventaja de las tarjetas gráficas dedicadas -en específico las de tecnología Nvidia- es el soporte independiente de Physix. ¿Qué es esto? En la actualidad los juegos calculan los movimientos de los escenarios y personajes a través de las leyes de la física, determinando cómo actuará un elemento, cuerpo o estructura en función o interacción con otro en el videojuego; por ejemplo, para observar la reacción generada por el choque de dos autos en una carrera.
Sin entrar en mucho detalle, este tipo de tecnología mejora la experiencia de juego, pero a su vez requiere de un desempeño gráfico superior, por lo que es necesaria una tarjeta de video de mayor capacidad. Una tarjeta de gama media, al igual que una tarjeta de gama alta puede soportar aplicaciones mucho más robustas y ofrece a los gamers una excelente experiencia de juego.
Lo más importante es tener claro el presupuesto destinado para este tipo de componentes y tener en cuenta las opciones de expansión a futuro, además del soporte con la tarjeta madre. De igual forma es bueno contar con puertos para configuraciones Multi-GPU, lo cual mejorará a futuro la escalabilidad del apartado gráfico.
Para tener en cuenta
Pero en sí, ¿cuáles son los parámetros para seleccionar una tarjeta para juegos de gama media o alta? Muchas veces el diferenciador puede ser el presupuesto, pero si este componente está destinado a lograr la mejor experiencia gráfica, se debe tomar en cuenta, principalmente, el GPU integrado; en el cual debemos considerar el BUS soportado, la arquitectura del GPU, la frecuencia del procesador gráfico, además del tipo y cantidad de memoria con la que se cuenta.
Otro aspecto muy buscado actualmente, y por el cual también se recomienda el uso de tarjetas de video dedicadas, es la capacidad de control multi-monitor y soporte de altas resoluciones. El soporte multi-monitor es el uso de dos o más monitores en un mismo equipo, ya sea para trabajo o para mejorar el campo visual dentro de un videojuego. El uso de varias pantallas para el trabajo cotidiano puede resultar mucho más práctico y productivo, pues es posible tener varias aplicaciones simultáneamente ampliando el escritorio.
Para las configuraciones multi-monitor en videojuegos se recomienda al menos 3 monitores y son muy buscadas por los gamers. En AMD estas configuraciones reciben el nombre de “eyefinity”, y en Nvidia se denominan “NVIDIA SURROUND”. Con estas configuraciones los 3 monitores actúan como uno solo y con una resolución de 5760×1080, es por eso que para estas aplicaciones se recomienda el uso de una tarjeta de video de gama alta o dos tarjetas de video de gama media.
Una opción más avanzada son las tarjetas de video profesionales con chipset Nvidia Quadro y AMD FireGL, las cuales están destinadas a un nicho especializado para soporte o trabajo en aplicaciones para diseño, renders, creación de contenidos multimedia, animación, programación 3D y todo tipo de programas que requieran mucho procesamiento en la creación gráfica.
TIP DE NEGOCIOS
El cliente optará por adquirir una tarjeta de video dedicada si sabemos ofrecerle la mejor opción y los beneficios extra adquiridos, además del beneficio de tener una mejor calidad de imagen.
VIDEOLINK
http://www.youtube.com/watch?v=q0VNiWtQqb4