Los negocios del futuro cercano se basan en explotar su data, use esta tendencia a su favor.

La predictibilidad vive en nuestros procesos citadinos y del campo, tanto que los hemos usado bajo otros nombres casuísticos. Lo invito a salir a la calle (vaya pues, no sea tan escrito; una vez termine este breve artículo); pero en verdad, lo invito a salir a cualquier calle o avenida concurrida y ver la predictibilidad manifiesta.
Sucede que al estar parado por un cierto tiempo en la calle, observando cómo se mueven los automóviles, llegamos a la conclusión que podemos una de dos: o leer la mente, o visualizar el futuro. En realidad, todo es un trabajo de lógica.
Cuando vemos que N número de automóviles a la misma hora (digamos, cuando todos van a su trabajo) dan vuelta a la izquierda, no importando si son modelos recientes o nuevo; placas del Estado vecino o de la colonia adjunta a nuestra posición. Entonces consultamos a Maps con un destino N y que, casualmente si fuéramos en automóvil, justo por donde vemos a la distancia acercarse estos automóviles, también nos indicaría vuelta a la izquierda.
¿Qué sucede en el trasfondo? Una serie de recomendaciones se sintetizan en una respuesta concreta, dadas las condiciones actuales, y entonces la seguimos porque confiamos en su grado de certeza. Para no irnos tan lejos, cada vez que vemos a lo lejos una luz titilando, sabemos que entonces ese automóvil dará vuelta en la misma calle. Exacto, ha adivinado, también va a la izquierda.
Datos para el negocio
La predictibilidad no es un negocio ajeno al canal, de hecho puede significar su próxima línea de negocio como consultoría. Cuando en su momento se dijo que el Internet de las Cosas, permitiría reducir costos operativos, ScanSource lo hizo material en su Expo Connection de hace dos años cuando mostró a los asistentes un sensor ubicado en los neumáticos de los camiones usados para la vertical de logística. Esta herramienta recolectaba datos y entonces “pre-decía” cuando se requiere cambiar un neumático, si alguien ha cambiado una llanta nueva o si sufre de una falla como una pinchadura.
Lo mismo con las soluciones de mapas de calor, en donde un Retail ha encontrado valor a partir de saber en qué puertas entra más clientela para entonces, reconfigurar su piso de venta. Es decir, tener un menor grado de incertidumbre a partir de confiar que efectivamente lo que indican los datos se hará realidad cada lunes, o todos los día de rebaja. Cómo puede decirle a su cliente con toda certeza que dentro de 3 semanas se prepare para una avalancha de consumidores listos a comprar la playera de la selección.
Es un tema delicado para el Retail, pues si compra inventario de más y no se desplaza perderá dinero; pero si no compra a tiempo, perderá lo que pudo ser la venta del mes. Aquí entra la predictibilidad; cuando ve la luz titilante indicando vuelta hacia la izquierda no significa que irreductiblemente el auto virará, pero las posibilidades de que lo haga son altas.
Entonces la tecnología, conociendo esta realidad de los humanos (somos volubles), buscan en más fuentes, co-relaciona, agrega más datos y sobre todo, actualiza en tiempo real. Esto es posible por la hiperconvergencia, la virtualización, los nuevos códigos como Hadoop, y otros tantos elementos que tratan de enseñarle a la computadora lo que es el “sarcasmo”, cómo se distingue la “alegría” de la “felicidad” o si resultan sinónimos en un contexto dado.
Dónde entra el canal
El negocio del canal es hacer que más datos lleguen a estas infraestructuras. Es decir, el nivel tecnológico en términos de flexibilidad y recepción desde múltiples puntos, todo el tiempo, es una cualidad actual del Data Center moderno. Entonces lo que tiene que hacer, es explotar esas habilidades.
Sensores reportando cuánta gente entra a la tienda de conveniencia, cuántos dejan paquetes de otras marcas, quienes llevan niños y de qué edad, cómo es su método de pago, en fin; todas variables, todos son esa luz titilante que le está diciendo a la tienda “voy a la izquierda, ni creas que voy a tomar en cuenta tus rebajas de la derecha”.
Y entre más consienta a ese cliente, más datos obtendrá. Entre más datos, más seguridad deberá tener, entre más infraestructura de seguridad, necesitará gobernabilidad de los datos. Entre más complejo es un organismo, más detalle de atención requiere. Así que no resulta descabellado pensar que sea el canal quien dé soporte, mantenimiento, revisión y proactividad para indicarle al cliente sobre los datos indican que es momento de cambiar tu cámara número 23, está a punto de llegar a su vida útil. Voilá, es ahora el consultor de cabecera.
Tiene un último pero no menos importante elemento a su favor, distintas firmas están intentando posicionar este tipo de propuestas que bajan en un paraguas de soluciones. Tan es así que en más de una ocasión hemos escuchado que es la marca quien puede hacer acompañamientos, el mayorista mismo para aterrizar correctamente un proyecto. Y resulta claro, es nuevamente regresar al tema de la primera impresión es la que cuenta.
Si no queremos que la predictibilidad se entienda como el tónico revitalizante-energizante-emocionante-alucinante, que venden en las camionetitas viajeras de Pérez e Hijo, deben de dar los resultados prometidos, a la primera. Así que, mientras se habilita para hacerlo en solitario, recibirá apoyos de la cadena de valor; pues están igualmente interesados en lograr posicionar este concepto ante el que será el usuario final.